Prefiero a los humanos antes que a las deidades y a lo terrenal antes que a lo celestial, una y mil veces. Me gusta pensar que la energía que nos conecta unos con otros o con vidas pasadas, presentes y futuras, no es un aura que flota en el aire, sino una fuerza que empuja desde el suelo, de las raíces, alimentándonos con memorias y sueños y deseos de todos los humanos que caminaron este planeta antes que nosotros. Me gusta pensar que mis ideas no vienen de mi cerebro sino de mi corazón, el intermitente tambor que lleva y trae en un rítmico fluir la corriente de mis ancestros junto con las infinitas posibilidades de vidas futuras que podrían crecer en mí. No hay nada mas divino que lo humano. No hay lugar más paradisíaco que la Tierra. Nada es más razonable que el amor y nada tiene más sentido que lo que podemos imaginar. No hay nada más evidente que el misterio de la belleza que nos envuelve desde afuera y desde adentro también.
I choose humans over deities, earthly to heavenly, a thousand times over. I like to think that the energy that connects us with each other or with our past, present and future lives, is not an aura that floats in the air, but a force that pushes from the ground, through our roots, feeding us with memories and dreams and hopes of all those humans who have walked this planet before us. I like to think that my thoughts come not from my brain but from my heart, the intermittent drum carrying the beating flow of my ancestors together with the infinite possibilities of future lives that might grow from me. There’s nothing more divine than humans. There’s no place more heavenly than Earth. Nothing is more reasonable than love and nothing makes more sense than what we can imagine. There’s nothing more obvious than the mystery of the infinite beauty that comes from all around us and from inside of us too.
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